Es
una pena que estemos perdiendo parte de nuestro patrimonio.
Por un motivo o por otro, aunque siempre por desconocimiento, y en distintas épocas y periodos, incluso en la actualidad, hemos visto desaparecer parte de nuestra identidad. Nuestro deber es cuidar y conservar el legado que dejaron nuestros antepasados para que pase a las generaciones venideras en las mejores condiciones posibles. Por tanto, es responsabilidad nuestra conocer el patrimonio cultural que hemos recibido para que podamos valorarlo y, de esta forma, evitar nuestro empobrecimiento.
Por un motivo o por otro, aunque siempre por desconocimiento, y en distintas épocas y periodos, incluso en la actualidad, hemos visto desaparecer parte de nuestra identidad. Nuestro deber es cuidar y conservar el legado que dejaron nuestros antepasados para que pase a las generaciones venideras en las mejores condiciones posibles. Por tanto, es responsabilidad nuestra conocer el patrimonio cultural que hemos recibido para que podamos valorarlo y, de esta forma, evitar nuestro empobrecimiento.
Aunque
nos resulte extraño, el interior de nuestro templo parroquial ofrece hoy un
aspecto totalmente distinto al que tuvo tan solo 60 años atrás. Entonces, sus
muros estaban cubiertos enteramente por esgrafiados.
En septiembre de 2017, presenté en los “Coloquios Históricos de Extremadura”
una comunicación sobre los “Esgrafiados perdidos y ocultos en la iglesia de San
Juan Bautista de Madrigalejo”. Lo que viene a continuación es parte de ese
trabajo.
¿Qué es un esgrafiado? ¿Para qué
sirve?
El
esgrafiado es una técnica de pintura mural consistente en trasladar el dibujo
realizado en una plantilla a una superficie. Esta superficie tiene que estar constituida
por la superposición de varias capas de revoques de distinto color, a la que se
aplica una lechada de cal o de yeso y cal. Cuando se raspan las partes que son
ajenas al dibujo, quedan a la vista los colores de las distintas capas y el
dibujo en resalte.
Es
una técnica barata y de rápida ejecución, que sirve para ahorrar costes en el
acabado de una obra y acorta los tiempos de ejecución de la misma. Además, protege
los muros de la degradación que puedan sufrir por los distintos agentes
atmosféricos. Y, como es una técnica de decoración que busca un acabado
estético, también tiene la finalidad de cubrir los paramentos que hayan sido
fabricados con materiales pobres, mejorando de esta forma el aspecto
arquitectónico del edificio.
Para cubrir los muros de mampostería.
La
iglesia de san Juan Bautista de Madrigalejo es un edificio del S. XVI, construido
en su mayor parte de mampostería, con sillares de granito en los contrafuertes,
esquinazos, portadas y arcos torales. Las grandes superficies de sus muros
interiores, dejaban a la vista los materiales –la mampostería- con los que
estaban construidos. Estos paramentos fueron cubiertos con esgrafiados que
imitaban sillares de granito.
En
1964, se hizo una importante restauración en la iglesia y, con ella, se
perdieron cinco altares con sus correspondientes retablos -tres de ellos eran
de estilo barroco- y los esgrafiados que imitaban sillares fueron tapados con
el blanco enlucido que luce en la actualidad. Y al ser retirados los dos
retablos frontales de la nave, dejó al descubierto dos composiciones
figurativas de esgrafiados que habían permanecido ocultos durante siglos.
La Adoración de los pastores y la
Asunción de María.
En
el lado de la epístola y en el interior de un arco de sillería, estaba
representada la Adoración de los pastores.
La escena estaba cobijada debajo de un templete de columnas corintias. En
primer plano estaban las figuras de San José y la Virgen María flanqueando al Niño
Jesús, envuelto en pañales. Detrás de la Virgen, asomaban las cabezas de la
mula y el buey. Por cima de José y María, había dos pastores representados de
menor tamaño –método que pretendía dar profundidad a la escena-. Uno de los
pastores amenizaba el acontecimiento tocando un instrumento musical. Y el espacio
restante, estaba totalmente ocupado por cabezas de angelotes alados, ovejas y
pequeñas nubes, siguiendo el horror vacui
propio del siglo XVI.
El
esgrafiado que representa a la Asunción
de la Virgen María, se encontraba situado en la parte del evangelio, y
había sido bastante retocado en 1964, debido al deterioro de la zona inferior
provocado por la humedad. El centro de la escena lo ocupaba una figura femenina,
la Virgen María, que era izada a los cielos por dos ángeles, rodeado todo ello,
en horror vacui, de cabezas de
angelotes y nubecillas, siguiendo el mismo esquema que en la Adoración de los Pastores. En la zona
inferior –obra de 1964-, se alargó el cuerpo de la Virgen hacia abajo y, a su
alrededor, se dispusieron pequeñas nubes, cabezas de angelotes alados, el sol
personificado y la luna menguante sobre un conjunto montañoso.
Tanto
la Adoración de los Pastores como la Asunción de la Virgen María reflejan la
estética propia del estilo renacentista y debieron ser ejecutadas al mismo
tiempo que se finalizaban las obras del templo o inmediatamente después. De
esta forma se rematarían muy dignamente esos espacios frontales, con un bajo
coste, en un momento en que las arcas de la parroquia estarían vacías por el
gran desembolso que debió suponer la construcción de la iglesia y, al mismo
tiempo, ofrecían un relato catequético para los fieles, que en su mayoría eran
iletrados.
Desgraciadamente,
también estos esgrafiados desaparecieron y, de nuevo, en otra restauración del
templo, la que se llevó a cabo en 1992-1994. Fueron picados sin tener en cuenta
su antigüedad y su calidad estética.
Esgrafiados ocultos.
Y
la iglesia de San Juan Bautista de Madrigalejo todavía nos ofrece alguna
sorpresa más. El muro frontal del presbiterio está ocupado por el retablo
mayor, una interesante obra renacentista con decoración plateresca, realizado en
torno a 1550. En 2008, el retablo mayor fue objeto de una restauración, que fue
realizada por la empresa Talleres de Arte
Grandra, y sufragada por la Junta de Extremadura.
Al
introducirse los restauradores por detrás del retablo para ejecutar su tarea, descubrieron
en el muro unos esgrafiados, de los que nada se sabía hasta entonces. Las
fotografías que se acompañan fueron tomadas por ellos en su tarea restauradora.
Los esgrafiados ocupan el paramento frontal y parte de los laterales, todo lo
que se encuentra detrás del retablo. Posiblemente se extendían por todo el
presbiterio, incluida la bóveda. El dibujo predominante es geométrico, basado en
una retícula de elementos cuadrangulares de doble encintado con rosetas en su
interior.
Transversalmente
discurre un friso con motivos vegetales y medallones intercalados, portados por
seres fantásticos -mitad humano, mitad vegetal-. En el interior de los
medallones, se representa el busto de algún personaje, y uno de ellos puede ser
identificado con San Juan Bautista, que lleva el cayado terminado en cruz
sujeto en el brazo izquierdo, mientras con el índice de la mano derecha, señala
hacia abajo, donde estaría el Cordero de Dios. Es una estética italianizante la
que se aprecia en el friso, utilizando motivos propios de la decoración
plateresca, muy similares a los que están tallados en el retablo que los
oculta. Existen buenos ejemplos de esgrafiados con temática renacentista en la
comarca de Trujillo. Recordemos que Madrigalejo era una aldea de la jurisdicción
de la ciudad de Trujillo.
-o-o-o-
Y,
para terminar, simplemente apuntar que, si las personas responsables de que
desparecieran aquellas obras de arte hubieran sabido el valor que tenían, en la
actualidad estaríamos gozando de ellas. No despreciemos, por tanto, el
conocimiento y valoremos el legado de nuestros antepasados.
Si
queréis leer el trabajo completo su enlace es el siguiente: http://www.chdetrujillo.com/esgrafiados-perdidos-y-ocultos-en-la-iglesia-de-san-juan-bautista-de-madrigalejo/
Guadalupe Rodríguez Cerezo.
BIBLIOGRAFÍA:
-FRANCISCO
SANZ FERNÁNDEZ, MIGUEL SANZ SLAZAR Y JUAN DE ORELLANA-PIZARRO: “La decoración y
articulación de paramentos arquitectónicos en la ciudad de Trujillo: los
esgrafiados a la cal”. Coloquios
Históricos de Extremadura. Año 2006.
-J. R.
PANIAGUA: Vocabulario Básico de Arquitectura.
Ediciones Cátedra S. A. Madrid, 1998.
-L.RODRÍGUEZ
AMORES: Crónica lugareñas. Madrigalejo.
Tecnigraf S.A. Badajoz, 2008.
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