No
cabe duda de que la Casa de Santa María situada en Madrigalejo es un lugar
emblemático porque en ella murió y firmó su último testamento el Rey Fernando
el Católico. Para ser exactos, lo que en Madrigalejo llamamos casa de Santa
María sólo es una sala rectangular de unos 100 ms. cuadrados y en la que tuvo
lugar el óbito del monarca el día 23 de enero de 1516. A comienzos de los años 80 del siglo pasado,
dicha casa amenazaba ruina y gracias al mecenazgo de Hidroeléctrica Española,
ahora Iberdrola, pudimos conservarla. Bajo su patrocinio fue restaurada y decorada
por el arquitecto D. Miguel de Oriol, quien por medio de símbolos expresados en
azulejos talaveranos, nos da una pequeña lección de historia. Entre esos
símbolos hoy vamos a comentar el escudo de los Reyes Católicos que, situado en
la pared frontal de la sala, es lo primero que vemos al entrar en ella.
Interior de la Casa de Santa María.
Hoy en día nos parece muy actual la fuerza de la
imagen y, a menudo, solemos decir que “una imagen vale más que mil palabras”.
Sin embargo, la fuerza de la imagen ha sido utilizada por el hombre en todos
los tiempos, siendo especialmente efectiva cuando la mayor parte de la
población era iletrada. Por ello, al margen del componente simbólico que
cualquier escudo pueda tener (representando un país, un territorio, una
institución…), las imágenes que conforman dicho escudo nos están hablando, y
mucho.
Antes de adentrarnos en su comentario, debemos hacer una salvedad
inicial: hasta el siglo XVIII no hay un escudo específico para España, sino que
el escudo que representa a todos los españoles es el de las armas del Rey que
reina en ese momento histórico y, en cada uno de los cuarteles en que se
divide, se representa el símbolo de un territorio sobre el que el monarca
ejerce su soberanía. El de los Reyes Católicos fue acordado por ambos en la
“Concordia de Segovia”, el 15 de enero de 1475, primer acto de gobierno
conjunto.
Blasón dividido en 4 cuartetos.
Observando el escudo representado en la Casa de Santa María llama la
atención el hecho de que las figuras que ocupan los cuarteles están
repetidas: en el 1º y 4º se encuentran las armas de la Corona de Castilla,
formada por los reinos de Castilla y León, simbolizados por un castillo almenado el primero y por león rampante el segundo. En los cuarteles 2º
y 3º podemos ver las armas de la Corona de Aragón, constituida por los reinos
de Aragón, Valencia y Mallorca y el principado de Cataluña, representados conjuntamente por las barras de
Aragón (sobre campo de oro cuatro palos de gules). En estos mismos cuarteles,
junto a las barras de Aragón, encontramos las armas del reino de Sicilia, con
un cuartelado en sotuer (cuatro cuartos en aspa),con los cuatro palos en los
cuartos verticales y el águila de sable picada en los horizontales. Este hecho-
el duplicado de armas- es único en la historia heráldica. Implica que sobre los
reinos que representan reinan dos monarcas a la vez. Dicho de otra manera, el
mensaje visual que nos envía este escudo es la UNIÓN DE REINOS realizada en las
personas de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Es la primera forma
de organizarse la nación española, consistente en que cada reino mantiene sus
leyes o fueros tradicionales y todos tienen en común la figura del monarca. El
escudo se completa, en su entado en punta, con la figura de la granada que fue
añadida tras la conquista del reino Nazarí en 1492. En lo que respecta a
Navarra, sus cadenas no aparecen en el escudo de los Reyes Católico porque su
incorporación a la unión de reinos, producida en 1515, es posterior a la muerte
de Isabel.
1º y 2º cuadrante, que son igual que el 4º y 3º cuadrante.
Granada en el entado en punta.
Seguimos mirando el escudo. En su timbre lleva una corona real abierta y
el conjunto está sostenido por el águila de S. Juan. Ambos son símbolos de
poder y respeto. La corona es un objeto exclusivo de reyes y emperadores y el
águila ya significaba poder y fuerza en el imperio romano, asociada al
estandarte de las legiones. El hecho de que en el escudo de los Reyes Católicos
figure el águila de S. Juan y no el águila imperial, como es lo habitual, fue
decisión personal de Isabel, quien ya antes de ser reina la había incorporado a
su escudo, quizás por su devoción a S. Juan evangelista o porque quiso
impregnar de religiosidad el ejercicio del poder. Este águila normalmente va
nimbada de oro, pero en el caso que nos ocupa lleva corona abierta de rey con
lo que el escudo está doblemente coronado. La impresión visual que nos
transmite su figura es la de un águila joven, arriscada, llena de arrogancia, con voluntad de poder. Ambos símbolos (corona
y águila) expresan claramente el objetivo que los monarcas tienen desde el
comienzo de su reinado: construir un ESTADO MODERNO, en el que el poder del
monarca no esté fragmentado en manos de los señores como estaba siendo lo
habitual desde la baja Edad Media, sino que se concentre en manos de los reyes.
Esta es la tendencia general en Europa, lo que ocurre es que España se adelanta
a su tiempo.
Corona real abierta del timbre del escudo.
Construir el Estado Moderno requiere tomar una serie de iniciativas para
desmantelar lo existente y construir todo un sistema nuevo, lo que en gran
parte se hizo en Castilla en las Cortes reunidas en Toledo en 1480. Lo primero
de todo fue apartar a la nobleza del poder, para lo que se crea una serie de instituciones que
hacen presente el poder del Rey en todo el Territorio. La más importante de
todas, el Consejo Real vinculado directamente con el poder ejecutivo; la
Audiencia o Chancillería, alto tribunal de justicia; se reorganiza la hacienda
pública; se estructura un nuevo sistema de gobierno municipal... Todas las
instituciones estarán dirigidas por funcionarios, juristas y bachilleres,
personas preparadas que ejercen el poder en nombre del rey desplazando a los
magnates. Con relación al ejército, las mesnadas señoriales de carácter
medieval fueron sustituidas por los mercenarios, soldados de profesión,..
Cabeza del águila coronada.
Para hacer estas reformas, los monarcas contaron siempre con el apoyo de
las ciudades, dirigidas por la pequeña nobleza y la incipiente burguesía. Serán
ellas las que estén representadas en las Cortes y las que controlen el poder
del Rey mediante el voto de subsidios o impuestos extraordinarios, así como
exigiendo al Rey que jure lealtad a los fueros o leyes tradicionales. De esta manera el rey no tendrá un poder
absoluto. A este tipo de gobierno posteriormente se le dará el nombre de
Monarquía autoritaria.
Y hay que hacer una salvedad: en la Corona de Aragón, Fernando II tuvo
poco éxito en el intento de establecer la monarquía autoritaria, en gran parte
porque las ciudades están dirigidas por oligarquías muy apegadas a sus
tradiciones y a su poder y poco amigas de novedades. Sólo hacer referencia a
una institución nueva que tendrá gran importancia en el futuro, la figura del
Lugarteniente General o Virrey. En la Concordia de Segovia arriba citada,
Fernando se compromete a vivir en Castilla, por lo que tendrá que elegir a
personas que le representen en cada uno de los reinos de su Corona. Esa será la
función de la institución antes citada y que, posteriormente, será decisiva para ejercer el poder en América.
Divisas del escudo de los RRCC: el yugo y las flechas.
Por
último, las divisas personales de los reyes los encontramos en la parte
inferior, a diestra y a siniestra, que nos remiten a los juegos galantes de la
Edad Media. El yugo con el nudo gordiano cortado, de Fernando, es el homenaje a
su esposa Isabel, jugando con las iniciales de “Yugo” e “Ysabel”, que en la
grafía de la época se escribía con “Y”. Pero también es la expresión del criterio
de actuación de Fernando: la razón de
estado, porque tanto da cortar que desatar. Asimismo, las flechas son el
homenaje de Isabel a su esposo, con la común “F” en las iniciales de “Fernando”
y de “Flechas”.
Antonia Loro Carranza.
Guadalupe Rodríguez Cerezo.