domingo, 29 de noviembre de 2020

EL MÁRTIR FRANCISCO CÁSTOR SOJO LÓPEZ

 

Francisco Cástor Sojo López, joven. Estudio de fotografía M. Díez, de Plasencia .
Foto publicada por Valentín Soria y A. Soria Breña en “Biografía del deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Coloquios Históricos de Extremadura de 2008.   

En la tercera década del siglo XX, se vivieron en España acontecimientos muy convulsos, fruto de una sociedad muy polarizada, que dejaron muy herida a la población española. El sacerdote Francisco Cástor Sojo López, natural de Madrigalejo, se vio envuelto en esta vorágine y murió asesinado, víctima de la sinrazón de aquellos malhadados tiempos. El 30 de septiembre de 2020, el Papa Francisco reconoce el martirio de Francisco Cástor Sojo y de tres compañeros de la hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos, autorizando los decretos por los que se pone en marcha su proceso de beatificación[1].

Sus primeros años de vida

Francisco Cástor Sojo López nació el 28 de marzo de 1881, a las ocho de la noche, en la calle del Río de Madrigalejo[2]. Fue bautizado en la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista de esta localidad el día 1 de abril, a los tres días de su nacimiento, por D. Matías Pazos Solano. Fueron sus padrinos Francisco Sojo y Francisca Galán[4]. Por su partida de nacimiento sabemos que lo inscribió en el Registro Civil Francisco Sojo, que era bracero, y que Ana Sojo –su madre- se dedicaba a las “ocupaciones propias de su sexo”. Estos datos son indicio de que la economía familiar era humilde[5].

 

Calle del Río (Madrigalejo)

 A los 11 años, ingresa en el colegio San José de Vocaciones Sacerdotales de Plasencia[6], donde entró en contacto con la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos. Con ellos, pasó un tiempo en el Colegio Vocacional de Lisboa, donde sufrió ya persecución por su fe. Ingresó en la Hermandad de Sacerdotes Operarios en agosto de 1902[7]. Durante dos años estudió Teología en el Seminario de Toledo y aquí se licenció en esta disciplina[8]. El 19 de diciembre de 1903 fue ordenado sacerdote en Plasencia y cantó su primera misa en Guadalupe en enero de 1904, donde residía por entonces su familia[9].

Pila Bautismal de la Iglesia de San Juan Bautista de Madrigalejo, donde Francisco Cástor Sojo recibió las aguas del bautismo.

Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos

La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos es una asociación de sacerdotes seculares, que se unen para ayudarse, como sacerdotes, “en el camino de la santidad y para ser más eficaces en el ejercicio del ministerio”[10]. Para pertenecer a esta hermandad hay que ser clérigo –diácono como mínimo-. El operario sigue estando vinculado a su diócesis y trabaja en colaboración estrecha con el obispo y los sacerdotes. Además, tiene disponibilidad y libertad para ir a trabajar a cualquier parte del mundo.[11]

 La Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos fue fundada en 1883 por el beato Manuel Domingo y Sol. Entre sus objetivos, destacan el fomento, sostenimiento y cuidado de las vocaciones eclesiásticas, religiosas y apostólicas, así como la formación cristiana de la juventud, infundiendo en ellos un espíritu de reparación y la devoción al Corazón de Jesús, especialmente en la Eucaristía.[12]

 No se trata de una congregación religiosa. Y, por ello, la Santa Sede reconoció oficialmente “la peculiaridad de esta asociación” en 1898[13].

Su vida sacerdotal

En el espíritu de los padres operarios vivió Francisco Cástor su sacerdocio, que estuvo, en su mayor parte, destinado a la docencia y a la formación en distintos colegios vocacionales y seminarios. Entre 1903 y 1918 estuvo en Plasencia, primero como Prefecto de los alumnos del Colegio de Vocaciones y, después, como Director del mismo. Desde aquí fue destinado a Badajoz, donde fue Administrador del Seminario durante cinco años, regresando a Plasencia como Prefecto de los alumnos del Seminario Diocesano. Poco tiempo estuvo en este último destino, pues en 1924 se incorpora al Seminario de Segovia como Superior, hasta 1926, cuando fue nombrado Director del Colegio de Vocaciones de Astorga. Su último destino fue Ciudad Real, donde se incorporó en 1933 como Mayordomo de su Seminario.[14]

El centro de su vida espiritual estaba en la Eucaristía, de la que fue un auténtico enamorado. Cuidaba mucho el aspecto musical de la liturgia, ya que poseía una formación musical completa en órgano, composición y dirección. Se especializó en el canto gregoriano, formación que completó, durante varios veranos, con los monjes de Montserrat. Su pasión por este canto y sus amplios conocimientos musicales le llevaron a infundir en sus alumnos el gusto por la liturgia cantada, pues, en todos sus destinos, impartió la asignatura de música.[15]

Desde niño, profesó una gran devoción hacia la Virgen de Guadalupe, devoción de la que se hace eco quien fuera su director espiritual, D. Esteban Ginés Ovejero, que dedicó a Francisco Cástor la presentación de su obra Guadalupe. Impresiones de un peregrino[16]. Esta publicación recoge una serie de artículos escritos por D. Esteban sobre este Santuario, para fomentar la devoción a la Virgen de Guadalupe y dar a conocer su Monasterio, en aquellos tiempos tan olvidado y dejado de la mano de Dios, y que había tenido ocasión de visitar cuando Francisco Cástor cantó su primera misa[17].

Monasterio de Guadalupe, donde Francisco Cástor Sojo cantó su primera misa.
 
Santa María de Guadalupe.

 Según sus compañeros, Francisco Cástor era una persona dócil, era sencillo, abierto, trabajador, muy piadoso y ejemplar, así como buen compañero y amigo.[18]

Tiempos convulsos

El panorama político y social en la España de la tercera década del siglo XX era muy complicado.

El siglo XIX había estado caracterizado por una gran inestabilidad política e institucional, que se cerró en falso con la Restauración borbónica (1874-1931), consistente en la alternancia dirigida desde dos partidos políticos: el conservador y el liberal. El turno de gobierno se llevaba a efecto a través de unas elecciones que eran dirigidas, en los distintos territorios, por las estructuras caciquiles. Este sistema derivó en una alta corrupción y en el mantenimiento de estructuras arcaicas, por lo que provocó un hondo descontento social, materializado en numerosas revueltas. La Iglesia, en la Restauración, había sido favorecida y privilegiada, gozando de un gran poder, al mismo tiempo que surgían, en buena parte de la sociedad, posiciones cada vez más anticlericales.

 Todas estas circunstancias fueron generando un caldo de cultivo que desembocó, tras la Dictadura de Primo de Rivera y la Dicta-blanda de Berenguer, en el derrocamiento de la Monarquía y en la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931. A estas alturas, la sociedad estaba muy polarizada en posturas cada vez más enfrentadas. Tanto unos como otros, a toda costa, quisieron imponer sus postulados, en numerosas ocasiones sin respetar leyes ni instituciones. El anticlericalismo se acentuó y la Iglesia padeció persecución con la quema y destrucción de iglesias. El sectarismo llevó a las calles una gran agitación social no exenta de violencia, que explotó en el enfrentamiento fratricida de la Guerra Civil tras el Golpe de Estado de julio de 1936.

En aquel momento, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos comprometidos en la fe fueron objeto de una gran persecución. Francisco Cástor fue víctima de aquella situación y entregó su vida por Cristo en Valverde, a las afueras de Ciudad Real, en la noche del 12 al 13 de septiembre de 1936[19]. Sus restos, que hasta el 25 de junio de 2021 habían estado enterrados en el cementerio municipal de Ciudad Real, fueron exhumados y depositados en el mausoleo de los mártires de la Hermandad de los Operarios en el templo de la Reparación de Tortosa el 27 de junio[20].

Los mártires en la Iglesia Católica

El martirio es el testimonio supremo de la verdad de la fe, un testimonio que llega hasta la muerte. Por tanto, el mártir es la persona que da testimonio de Cristo muerto y resucitado. Por la unión con Cristo en el amor, el mártir soporta con fortaleza la muerte. Como dijo San Ignacio de Antioquía, “Dejadme ser pasto de las fieras. Por ellas, me será dado llegar a Dios”[21].

Para el pueblo cristiano, el martirio es una consecuencia intrínseca del seguimiento a Jesús. Y como tal, en la espiritualidad cristiana, el martirio se manifiesta a través de dos aspectos. Por un lado, el martirio rojo, por el que se da testimonio de fe derramando la propia sangre, lo que supone una gracia especial y un privilegio cristiano. Y por el otro, el martirio blanco, cuando la fe se testifica en la realidad del día a día. Así lo dejó dicho el mismo Jesús: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará” (Mt 16, 24-25). 

El siervo de Dios, Francisco Cástor, nos deja un ejemplo de valentía y testimonio de fe. El Papa Francisco ha reconocido su martirio y ha puesto en marcha el proceso para su beatificación. Por ello, su vida debe ser un estímulo en la vida de fe de los madrigalejeños. Es una gracia que ya tenemos la Iglesia de Madrigalejo, pues un miembro nacido de ella, con toda certeza, ha alcanzado la Gloria y goza de sus beneficios. Por ello, nosotros gozamos del privilegio de tener un mediador al que elevar nuestras plegarias para que interceda ante Dios.




FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

-Archivo Municipal de Madrigalejo. Registro Civil.

-Archivo Parroquial.

-E. GINÉS OVEJERO. Guadalupe. Impresiones de un peregrino. Imprenta de José L. Foguet. Tortosa. 1905.

-L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf Editores. Badajoz, 2008. Pág. 326.

-V. SORIA SÁNCHEZ y A. SORIA BREÑA. “Biografía del Deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo. 2008.

-SAN IGNACIO DE ANTIOQUÍA, Epistula ad Romanos, 4, 1) Cfr. CCEECC, 2473.

https://www.vidanuevadigital.com/2020/09/30/el-papa-francisco-reconoce-el-martirio-de-cuatro-sacerdotes-operarios/

https://www.sacerdotesoperarios.org/beatos-martires/

https://www.sacerdotesoperarios.org/la-hermandad/asociacion-sacerdotal/

https://www.sacerdotesoperarios.org/la-hermandad/historia/

https://www.cope.es/religion/hoy-en-dia/iglesia-espanola/gente-con-fe/noticias/calvario-que-sufrieron-los-religiosos-asesinados-durante-guerra-civil-que-seran-beatificados-20200930_920590

      



[1]https://www.vidanuevadigital.com/2020/09/30/el-papa-francisco-reconoce-el-martirio-de-cuatro-sacerdotes-operarios/

[2] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf Editores. Badajoz, 2008. Pág. 326. La información sobre Francisco Cástor Sojo López fue tomada del informe realizado para el trámite previo a la beatificación.

[3] Datos que aparecen en su partida de nacimiento del Registro Civil.

[4] Archivo Parroquial. Libro de Bautismos.

[5] Registro civil.

[6] V.SORIA SÁNCHEZ y A. SORIA BREÑA. “Biografía del Deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Coloquios Históricos de Extremadura. Trujillo. 2008. Pág. 817.

[7] Ibídem.

[8] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas…. Op. cit. Pág. 326.

[9] https://www.sacerdotesoperarios.org/beatos-martires/ //V.SORIA SÁNCHEZ y A. SORIA BREÑA. “Biografía del Deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Pág. 817.

[10]https://www.sacerdotesoperarios.org/la-hermandad/asociacion-sacerdotal/

[11] Ibídem.

[12] https://www.sacerdotesoperarios.org/la-hermandad/historia/

[13] Ibídem.

[14] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas… Op. cit. Pág. 326. // V. SORIA SÁNCHEZ y A. SORIA BREÑA. “Biografía del Deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Op. cit. Pág. 818.

[15] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas… Op. cit. Pág. 326. // V. SORIA SÁNCHEZ y A. SORIA BREÑA. “Biografía del Deán de Plasencia y Toledo José Polo Benito y de Francisco Cástor Sojo López de Madrigalejo”. Op. cit. Pág. 817.

[16] E. GINÉS OVEJERO. Guadalupe. Impresiones de un peregrino. Imprenta de José L. Foguet. Tortosa. 1905.

[17] Ibídem.

[18] L. RODRÍGUEZ AMORES. Crónicas Lugareñas… Op. cit. Pág. 326.

[19]https://www.sacerdotesoperarios.org/beatos-martires/