lunes, 11 de febrero de 2019

ESGRAFIADOS DE LA IGLESIA SAN JUAN BAUTISTA DE MADRIGALEJO



Es una pena que estemos perdiendo parte de nuestro patrimonio. 
Por un motivo o por otro, aunque siempre por desconocimiento, y en distintas épocas y periodos, incluso en la actualidad, hemos visto desaparecer parte de nuestra identidad. Nuestro deber es cuidar y conservar el legado que dejaron nuestros antepasados para que pase a las generaciones venideras en las mejores condiciones posibles. Por tanto, es responsabilidad nuestra conocer el patrimonio cultural que hemos recibido para que podamos valorarlo y, de esta forma, evitar nuestro empobrecimiento.

Aunque nos resulte extraño, el interior de nuestro templo parroquial ofrece hoy un aspecto totalmente distinto al que tuvo tan solo 60 años atrás. Entonces, sus muros estaban cubiertos enteramente por esgrafiados. En septiembre de 2017, presenté en los “Coloquios Históricos de Extremadura” una comunicación sobre los “Esgrafiados perdidos y ocultos en la iglesia de San Juan Bautista de Madrigalejo”. Lo que viene a continuación es parte de ese trabajo.



¿Qué es un esgrafiado? ¿Para qué sirve?
El esgrafiado es una técnica de pintura mural consistente en trasladar el dibujo realizado en una plantilla a una superficie. Esta superficie tiene que estar constituida por la superposición de varias capas de revoques de distinto color, a la que se aplica una lechada de cal o de yeso y cal. Cuando se raspan las partes que son ajenas al dibujo, quedan a la vista los colores de las distintas capas y el dibujo en resalte.

Es una técnica barata y de rápida ejecución, que sirve para ahorrar costes en el acabado de una obra y acorta los tiempos de ejecución de la misma. Además, protege los muros de la degradación que puedan sufrir por los distintos agentes atmosféricos. Y, como es una técnica de decoración que busca un acabado estético, también tiene la finalidad de cubrir los paramentos que hayan sido fabricados con materiales pobres, mejorando de esta forma el aspecto arquitectónico del edificio.

Para cubrir los muros de mampostería.
La iglesia de san Juan Bautista de Madrigalejo es un edificio del S. XVI, construido en su mayor parte de mampostería, con sillares de granito en los contrafuertes, esquinazos, portadas y arcos torales. Las grandes superficies de sus muros interiores, dejaban a la vista los materiales –la mampostería- con los que estaban construidos. Estos paramentos fueron cubiertos con esgrafiados que imitaban sillares de granito.



En 1964, se hizo una importante restauración en la iglesia y, con ella, se perdieron cinco altares con sus correspondientes retablos -tres de ellos eran de estilo barroco- y los esgrafiados que imitaban sillares fueron tapados con el blanco enlucido que luce en la actualidad. Y al ser retirados los dos retablos frontales de la nave, dejó al descubierto dos composiciones figurativas de esgrafiados que habían permanecido ocultos durante siglos.


La Adoración de los pastores y la Asunción de María.
En el lado de la epístola y en el interior de un arco de sillería, estaba representada la Adoración de los pastores. La escena estaba cobijada debajo de un templete de columnas corintias. En primer plano estaban las figuras de San José y la Virgen María flanqueando al Niño Jesús, envuelto en pañales. Detrás de la Virgen, asomaban las cabezas de la mula y el buey. Por cima de José y María, había dos pastores representados de menor tamaño –método que pretendía dar profundidad a la escena-. Uno de los pastores amenizaba el acontecimiento tocando un instrumento musical. Y el espacio restante, estaba totalmente ocupado por cabezas de angelotes alados, ovejas y pequeñas nubes, siguiendo el horror vacui propio del siglo XVI.



El esgrafiado que representa a la Asunción de la Virgen María, se encontraba situado en la parte del evangelio, y había sido bastante retocado en 1964, debido al deterioro de la zona inferior provocado por la humedad. El centro de la escena lo ocupaba una figura femenina, la Virgen María, que era izada a los cielos por dos ángeles, rodeado todo ello, en horror vacui, de cabezas de angelotes y nubecillas, siguiendo el mismo esquema que en la Adoración de los Pastores. En la zona inferior –obra de 1964-, se alargó el cuerpo de la Virgen hacia abajo y, a su alrededor, se dispusieron pequeñas nubes, cabezas de angelotes alados, el sol personificado y la luna menguante sobre un conjunto montañoso.


Tanto la Adoración de los Pastores como la Asunción de la Virgen María reflejan la estética propia del estilo renacentista y debieron ser ejecutadas al mismo tiempo que se finalizaban las obras del templo o inmediatamente después. De esta forma se rematarían muy dignamente esos espacios frontales, con un bajo coste, en un momento en que las arcas de la parroquia estarían vacías por el gran desembolso que debió suponer la construcción de la iglesia y, al mismo tiempo, ofrecían un relato catequético para los fieles, que en su mayoría eran iletrados.

Desgraciadamente, también estos esgrafiados desaparecieron y, de nuevo, en otra restauración del templo, la que se llevó a cabo en 1992-1994. Fueron picados sin tener en cuenta su antigüedad y su calidad estética.

Esgrafiados ocultos.
Y la iglesia de San Juan Bautista de Madrigalejo todavía nos ofrece alguna sorpresa más. El muro frontal del presbiterio está ocupado por el retablo mayor, una interesante obra renacentista con decoración plateresca, realizado en torno a 1550. En 2008, el retablo mayor fue objeto de una restauración, que fue realizada por la empresa Talleres de Arte Grandra, y sufragada por la Junta de Extremadura.



Al introducirse los restauradores por detrás del retablo para ejecutar su tarea, descubrieron en el muro unos esgrafiados, de los que nada se sabía hasta entonces. Las fotografías que se acompañan fueron tomadas por ellos en su tarea restauradora. Los esgrafiados ocupan el paramento frontal y parte de los laterales, todo lo que se encuentra detrás del retablo. Posiblemente se extendían por todo el presbiterio, incluida la bóveda. El dibujo predominante es geométrico, basado en una retícula de elementos cuadrangulares de doble encintado con rosetas en su interior.



Transversalmente discurre un friso con motivos vegetales y medallones intercalados, portados por seres fantásticos -mitad humano, mitad vegetal-. En el interior de los medallones, se representa el busto de algún personaje, y uno de ellos puede ser identificado con San Juan Bautista, que lleva el cayado terminado en cruz sujeto en el brazo izquierdo, mientras con el índice de la mano derecha, señala hacia abajo, donde estaría el Cordero de Dios. Es una estética italianizante la que se aprecia en el friso, utilizando motivos propios de la decoración plateresca, muy similares a los que están tallados en el retablo que los oculta. Existen buenos ejemplos de esgrafiados con temática renacentista en la comarca de Trujillo. Recordemos que Madrigalejo era una aldea de la jurisdicción de la ciudad de Trujillo.



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Y, para terminar, simplemente apuntar que, si las personas responsables de que desparecieran aquellas obras de arte hubieran sabido el valor que tenían, en la actualidad estaríamos gozando de ellas. No despreciemos, por tanto, el conocimiento y valoremos el legado de nuestros antepasados.


Guadalupe Rodríguez Cerezo.


BIBLIOGRAFÍA:

-FRANCISCO SANZ FERNÁNDEZ, MIGUEL SANZ SLAZAR Y JUAN DE ORELLANA-PIZARRO: “La decoración y articulación de paramentos arquitectónicos en la ciudad de Trujillo: los esgrafiados a la cal”. Coloquios Históricos de Extremadura. Año 2006.
-J. R. PANIAGUA: Vocabulario Básico de Arquitectura. Ediciones Cátedra S. A. Madrid, 1998.
-L.RODRÍGUEZ AMORES: Crónica lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf S.A. Badajoz, 2008.