Los
días 26, 27 y 28 de octubre de 2018 se celebró en Carmona y Sevilla el XLIV
CONGRESO de la REAL ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CRONISTAS OFICIALES. En él presenté
la comunicación titulada “El Cine
Carmona en Madrigalejo”, por el gran poso que quedó en nuestra localidad en
sus seis décadas de existencia y por el evidente nexo entre el nombre de una de
las ciudades donde se celebró el Congreso y el patronímico de la familia
propietaria del cine. Para la realización del trabajo, fueron fundamentales las
conversaciones que mantuve en diversos momentos con Catalina Vicente, viuda de
Rafael Carmona, a la que estoy enormemente agradecida. Expongo aquí un resumen
de dicha comunicación:
El
primer cine
El
primer cine que hubo en Madrigalejo estuvo situado en la calle hoy llamada
“Héroes de Cobba Darsa”, donde Juan Carmona Gil y Tomasa Cañada Paredes
regentaban un bar. En un salón contiguo al bar –de 18 m. de largo por 7, 70 m.
de ancho y un aforo de 210 localidades-, se proyectaban las películas, y las
entradas para poder acceder se despachaban a través de una ventana con rejas.
En
esta sala se proyectaba la película Los
Puños de Tom Tyler cuando estalló la Guerra Civil. Por los problemas de
comunicación, de transporte y de abastecimiento, esta película quedó pillada en
Madrigalejo, y era proyectada una y otra vez –siempre que la situación lo
permitía- durante el periodo que duró el conflicto bélico. A pesar de todo, la
sala se llenaba de soldados, y seguían la película con sonoras carcajadas.
Cuando
muere Juan Carmona hacia1940, su viuda –Tomasa Cañada- y sus hijos continúan
con el negocio del cine. Había una función semanal, los domingos, y el precio
de las entradas era de 0,80 y 0,40 ptas.
En
1943, la familia Carmona forma una sociedad con el empresario Diego Loro Recio
para la explotación del cine. En este momento se incrementó el aforo –hasta 240
localidades-, aumentaron las funciones a dos semanales –los domingos- y subió
el precio de las entradas –las había de 1,90, de 1,35 y de 0,75 ptas.-. Al
menos hasta 1953 estuvo vigente la sociedad, que el pueblo apodó como “un loro
con tres pelos”.
Los
nuevos locales
En
1952, Tomasa Cañada Paredes solicita licencia al Ayuntamiento para la
construcción de un nuevo local para cine en la calle José Antonio –hoy
Valeriano Muñoz-. Se trataba de un cine de verano, regentado por Ángel Carmona
Cañada, en el local que hoy ocupa la farmacia Ramos.
El
nuevo “Cine Carmona” de invierno lo levantó Rafael Carmona Cañada entre 1958 y
1959, junto al “Cine Carmona” de verano –donde hoy está la cafetería My Friend´s-. Tenía el nuevo local una superficie
de 400 m² para un aforo de 360 localidades de butacas –de gutapercha- y de
entre 150 y 200 asientos de general. La sala estaba insonorizada con paneles de
corcho. Desde la cabina de proyección, dos máquinas funcionaban por medio de
carbones.
Solía
haber dos funciones –una de temprano y otra de tarde- los domingos y festivos.
Los carteles de cada película debían exhibir una cinta de color blanco si iba
destinada al público infantil; azul, si era tolerada para todos los públicos;
rosa, si era para mayores de 12 años y, cuando la cinta era verde y grana, la
película iba destinada exclusivamente para adultos. Además, había espectadores
que tenían entradas abonadas, y podían asistir a todas las proyecciones en
asientos fijos.
Un
espectador muy especial
Y
hablando de espectadores, entre los asiduos asistentes al Cine Carmona, estaba
el que después sería un gran cineasta -Pedro Almodóvar-. La familia Almodóvar
había llegado a Madrigalejo cuando se estaban realizando las obras del Canal de
Orellana, y una vez concluidas estas, su padre, Antonio Almodóvar, se quedó
trabajando en la Estación de Servicio de Madrigalejo.
Por
tanto, habiendo residido durante su niñez y adolescencia en Madrigalejo, sus
primeros contactos con el cine como espectador tuvieron lugar en nuestra
localidad. Así lo reconoce en unas declaraciones realizadas en Cáceres en 2018
“…yo en esta ciudad –Cáceres- es donde empecé a ver cine. Venía de Madrigalejo
y allí en verano nos ponían spaguetti westerns básicamente…”. A estas palabras
podríamos añadir que, dentro del género del spaguetti
western, también se encuentran verdaderas obras maestras.
Cuando
presenté la comunicación en Carmona, Pedro Almodóvar aún no había filmado su
última película, Dolor y Gloria, en
la que, entre sus primeros recuerdos, están sus vivencias como espectador en el
cine –de Madrigalejo- y sus baños en el río –el Ruecas- junto a las mujeres
lavando la ropa.
Cine Carmona de invierno.
Fotografía cedida por Casi Tapia.
El
último cine
Cuando
Pedro Almodóvar vivió en Madrigalejo, conoció cinco locales de cine en nuestra
localidad: dos de los cines Carmona que se han tratado –el de verano y el de
invierno de la calle, entonces José Antonio y hoy, Valeriano Muñoz-, los dos
cines de Alonso Carranza –de invierno y de verano- y el nuevo “Cine Carmona” de
verano.
Este nuevo local fue construido en 1964 por
Rafael Carmona Cañada en la calle hoy llamada Valeriano Muñoz, en la acera de
enfrente de los anteriores. El patio de butacas tenía un aforo para 824
localidades. Y ya en este cine de verano se proyectó alguna de las primeras
películas de Pedro Almodóvar.
En
la década de los 70, cuando la sangría emigratoria hacía inviable este tipo de
establecimientos, fueron cerrando progresivamente, y solo quedó en activo el
último “Cine Carmona” de verano. Cuando la televisión y los vídeo-clubs
entraron de lleno en la difusión de las películas de cine, este último local
tuvo que echar el cierre al finalizar los años 80, cuando ya estaba en manos de
Rafael Carmona Liviano.
Conclusión
Simplemente añadir que el cine constituyó uno
de los medios de evasión y de entretenimiento en los duros años del siglo XX
para una buena parte de la población. Además, también fue una gran ventana
desde donde se asomaban al mundo quienes apenas tenían posibilidades de moverse
de su entorno más cercano. En la actualidad, el cine nos llega a través de
medios muy distintos, pero en aquellos años, las salas de cine fueron el gran
medio de difusión de masas, y por ello, merece que sea recordada toda su
importancia.
(El
trabajo está publicado en las actas del XLIV
CONGRESO de la REAL ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE CRONISTAS OFICIALES. Vol. II. Sevilla.
2019)
Guadalupe Rodríguez Cerezo.