Desde 2012, Madrigalejo viene celebrando cada año la
“Semana Fernandina” en torno al 23 de enero, fecha de la efeméride de la muerte
del Rey Fernando el Católico en nuestra localidad. La pandemia que estamos
sufriendo a causa del COVID hizo que el año anterior (2021) se interrumpiera y
no pudiera celebrarse, pues aparte de las limitaciones generales, Madrigalejo
estuvo cerrado perimetralmente entre el 9 y el 22 de enero, ambos
inclusive.
Acaba de pasar el 506 aniversario de aquel memorable
acontecimiento y, de nuevo a causa de la pandemia, los actos conmemorativos de
la “Semana Fernandina” de 2022 también se han visto afectados, celebrándose a
medio gas. Por una parte, el Ayuntamiento organizó un acto simbólico al aire
libre al caer la noche del 22 de enero, en la plaza Fernando el Católico. Ambientado
el exterior de la Casa de Santa María con velas y con música de la época de los
Reyes Católicos, se procedió a la lectura de un texto rememorando los
acontecimientos sucedidos aquellos días de enero de 1516. Así decía:
Desde varios días atrás, había una
gran agitación en todo el lugar de Madrigalejo. Sus vecinos estaban
acostumbrados a ver pasar a peregrinos, que iban y venían hacia Guadalupe, que
pernoctaban aquí, incluso, a veces, se dejaba ver alguna gran personalidad, lo
que causaba gran revuelo. Pero, en esta ocasión era diferente. Era el mismo Rey
quien se alojaba en la Casa de Santa María. Aquellos que lo habían visto pasar
comentaban que nada tenía que ver con aquel aguerrido y vital monarca que les
había visitado en otras ocasiones. Se hablaba que venía muy enfermo.
La reina Germana acababa de llegar.
Venía desde Aragón sin descansar día y noche, porque le habían dicho que la
situación era crítica. Más apurada aun, cuando le comentaron que la campana de
Velilla de Ebro había vuelto a sonar sin que nadie la moviera, lo que era signo
de mal augurio.
Algunos recordaron entonces las
palabras de aquel adivino, que había pronosticado que el monarca moriría en la
villa de Madrigal. ¡Y bien se guardaba él de no entrar en Madrigal de las Altas
Torres! Pero, ¿acaso no es Madrigalejo el diminutivo de Madrigal?
Era 22 de enero de 1516, atardecía.
Tras una jornada de tensión contenida y de frenético trabajo, por fin los
escribanos habían terminado a tiempo las últimas voluntades del monarca. Y con
extrema gravedad, aunque en plenas facultades, con mano temblorosa, pudo por
fin el rey Fernando otorgar su postrer testamento, aquel que dejaba bien atado
el futuro de los reinos hispánicos.
Llegó la calma. Los asuntos
terrenales que tanto preocupaban estaban resueltos. Era el momento de que el
monarca se preparara espiritualmente para rendir cuentas ante el Creador.
Sabiendo que la vida se le acababa, con gran serenidad, recibió el Santísimo
Sacramento y pidió la Unción, que le fue dada a continuación. Después, entró en
agonía.
Fueron unas horas de tensa espera.
Pasó la media noche y nadie dormía en la Casa de Santa María. Con la tenue luz
de las velas y el mortecino murmullo de los latines, se velaba al gran rey
Católico. Familiares, consejeros, funcionarios, obispos, religiosos,
sirvientes… todo su acompañamiento permanecía expectante. El soberano se
debatía entre la vida y la muerte, vestido ya con su mortaja, con el hábito de
Santo Domingo, para esperar el desenlace final. Junto a él, la reina Germana le
acompañaba en sus últimos momentos.
Y también, en silencio y con sus
oraciones, el pueblo de Madrigalejo permanecía en vigilia velando a su Rey.
Era ya la madrugada del día 23, una fría
madrugada de enero -miércoles, día de San Ildefonso, para más señas-, cuando el
monarca dejó la presente vida. El Rey había muerto.
La Casa de Santa María lloró y, con
ella, todo Madrigalejo. Lorenzo Galíndez
de Carvajal, uno de los consejeros que fue testigo de los hechos, dejó escrito:
“Nuestro Señor le quiera perdonar, que buen Rey fue”.
Poco después volvió la agitación.
Había que abrir el testamento; aquel que unas horas antes había sido firmado y
sellado. Era necesario conocer lo que el difunto había dispuesto acerca de su
enterramiento. Y delante del representante del Príncipe Carlos -Adriano de
Utrech-, y de los consejeros y testigos de su firma, se abrió el documento con
las últimas voluntades del monarca. El cuerpo sin vida del rey Fernando el
Católico debía ser enterrado junto con el de la Reina Isabel, su primera
esposa, en la ciudad de Granada, por lo que el cadáver debía ser preparado para
su último viaje.
De todos aquellos acontecimientos,
Madrigalejo y sus vecinos fueron testigos presenciales; un legado histórico
excepcional que ahora estamos conmemorando en su 506 aniversario.
Y el día 23 de enero, la Asociación Cultural “Fernando
el Católico” organizó una charla con el tema “La Casa de Santa María. Nuevas
aportaciones”, cuya ponencia recayó en mi persona, como Presidenta de la
Asociación Cultural y como Cronista Oficial de Madrigalejo. Así, tomando como
base los trabajos que ya estaban publicados anteriormente sobre la Casa de
Santa María – U. RUBIO CALZÓN: “La Casa de Santa María de Guadalupe en
Madrigalejo”, Revista Alcántara,
1979, y L. RODRÍGUEZ AMORES: “La Casa de Santa María”, Crónicas Lugareñas. Madrigalejo, capítulo XVIII, 2008-, la ponencia
recordó todo lo que, hasta el momento, se conocía de lo que fue la Casa de
Santa María a través de las fuentes documentales, bibliográficas y por los
restos que han llegado hasta hoy de aquel edificio y, además, aportó nuevas
fuentes que pueden arrojar algo más de luz al estudio de la histórica casa. Las
nuevas fuentes estaban referidas al descubrimiento del aljibe de la casa y a
dos documentos que, con origen en el Monasterio de Guadalupe y por distintos
avatares, habían estado en posesión de la familia Esteban Rodríguez. Tienen gran
interés dichos manuscritos porque se refieren a asuntos relacionados con la
presencia de la Iglesia de Guadalupe en el lugar de Madrigalejo, donde tuvo una
gran hacienda a lo largo de unos 500 años y, por tanto, aportan información
añadida sobre la Casa de Santa María.
Además, la página web de la asociación cultural
publicó dos post relacionados con el rey Fernando y con la Casa de Santa María.
Estos son sus enlaces:
https://www.fernandoelcatolico.org/el-escudo-de-los-reyes-catolicos-en-la-casa-de-santa-maria/
https://www.fernandoelcatolico.org/vinculacion-de-san-ildefonso-con-madrigalejo/
Nuestro deseo es que el próximo año podamos reanudar
la celebración de la “Semana Fernandina” en Madrigalejo con toda la fuerza que
merece tan gran acontecimiento.
Guadalupe
Rodríguez Cerezo.