No ocurrieron grandes acontecimientos en
nuestra localidad hace exactamente un siglo, pero la vida continuaba su curso, lo
que, en definitiva, construye la historia. Asomándonos a los libros de actas de
las sesiones del Ayuntamiento, podemos hacernos una idea de los afanes que
ocupaban el interés de quienes regían el Consistorio de Madrigalejo en 1922,
quiénes eran, cuáles eran sus preocupaciones, qué soluciones aplicaban a los
problemas que tenía el vecindario, cómo procuraban mejorar los servicios
públicos ajustándose a un presupuesto, la recaudación de impuestos, etc.
Vamos a ver a continuación lo que pudiera
ser una radiografía de la vida en Madrigalejo en 1922 a través de las sesiones
de gobierno de su Ayuntamiento. No están todos los temas ni los asuntos que se
trataron entonces, sino que me he permitido hacer una selección de lo que me ha
parecido más significativo para conocer mejor la vida de nuestros abuelos.
¿Quiénes
regían el Consistorio?
Desde enero hasta abril de 1922, hasta
cuatro personas estuvieron al frente de la Corporación Municipal. El Alcalde, D. Manuel Campos Carrasco, había presentado su renuncia al cargo por
enfermedad acompañada de una certificación facultativa el 8 de noviembre de
1921. Sin embargo, la Corporación no admitió su renuncia y, mientras estaba de
baja, el primer Teniente de Alcalde, D.
Damián Ramos Regidor, presidía el Ayuntamiento en funciones. D. Manuel
Campos interpuso un recurso de alzada contra esta decisión del Ayuntamiento ante
la comisión provincial; comisión que, el 14 de enero, avaló la renuncia del
alcalde, estimando su recurso por las pruebas aportadas. La Corporación Municipal,
en sesión del 22 de enero, no tuvo más remedio que aceptar su renuncia y acordó
nombrar, como Alcalde, al concejal de mayor edad, D. Sebastián Rubio Calzado, quién desempeñó el cargo hasta el 1 de
abril, día en el que entraba una nueva Corporación.
Hasta este día, aparte de los señores
Campos Carrasco, Ramos Regidor y Rubio Calzado, los concejales que formaban el
Ayuntamiento eran:
-D. José Pérez Regidor
-D. Antonio Hernando Ramos
-D. Juan Moreno Durán
-D. Narciso Granjo Arroyo
-D. Antonio Gallego Ramos y
-D. Simón Carranza Sierra.
El 1 de abril cesaron en sus funciones D.
José Pérez Regidor, D. Antonio Hernando Ramos y D. Juan Moreno Durán, a quienes
se les agradeció los servicios prestados. Este mismo día tomaron posesión de
sus escaños los concejales proclamados en el mes de febrero:
-D. Sebastián Rubio Calzado
-D. Guzmán Fernández Rentero
-D. Manuel Campos Carrasco
-D. Pedro Arroyo Sánchez
-D. Damián Ramos Regidor
-D. Simón Carranza Sierra
-D. Antonio Gallego Ramos
-D. Benito Carranza González
-D. Pedro Sánchez Nieto y
-D. José Saavedra Garvín.
Por mayoría absoluta salió elegido como Alcalde D. Guzmán Fernández Rentero.
Los
terrenos comunales
Uno de los asuntos que ocupaban buena
parte de la tarea del Consistorio era el de los terrenos comunales: la Dehesa
del Monte, el Concejil o el Ejido. Los vecinos explotaban las dehesas comunales
a partir de las bases reguladas por el plan de aprovechamiento forestal, que
cada año debía aprobar la Superioridad Provincial. Para su explotación, se
hacían lotes que, después, se sorteaban públicamente entre quienes optaban a
ellos. Los lotes sobrantes y que no habían sido adjudicados, volverían a
sortearse entre los hijos que se hubieran emancipado de sus padres por haber
contraído matrimonio.
Algunos vecinos presentaron escrito de
reclamación por no habérseles adjudicado lotes en la Dehesa del Monte y del
Concejil, basándose en no estar delimitadas de forma legal o por ser deudores.
Fueron atendidas las reclamaciones de ocho vecinos.
También se regulaba el aprovechamiento de la rastrojera de la Dehesa del Monte y del Concejil.
Beneficencia
Cada año se confeccionaba una lista de
familias que, por sus escasos recursos, estaban acogidos a la beneficencia. A
estas familias, el Ayuntamiento les subvencionaba los gastos que pudieran
tener de recetas farmacéuticas. Las recetas eran adelantadas por los
farmacéuticos y después las pasaban al cobro al Consistorio. Los farmacéuticos,
en aquel tiempo, eran D. Anselmo Delgado Barranquero y D. José Ramos Sánchez
–abuelo del farmacéutico actual, D. José Ramos Cerezo-.
Además, en aquel año, el Ayuntamiento también acordó una subvención destinada a una familia que carecía de recursos y en la que habían nacido gemelos.
El
reloj público
El reloj público municipal, situado en la
torre de la iglesia, estaba considerado un servicio público esencial para el
vecindario, ya que los horarios de las actividades laborales, así como de los
actos religiosos y sociales de la localidad, se regían por él. En sesión del 12
de febrero, se da cuenta del mal estado en el que se encuentra el reloj público
y se autoriza al Sr. Alcalde –D. Sebastián Rubio- para que gestione su arreglo
o la compra de otro, según lo que más convenga.
En agosto, siendo entonces concejal el Sr.
Rubio Calzado, solicita que se tenga en cuenta el acuerdo del 12 de febrero
-que no se había cumplido- respecto a la necesidad de que el pueblo cuente con
un reloj público. De nuevo, la Corporación reconoció esta necesidad y se
facultó al Sr. Alcalde para que gestionara, bien el arreglo del viejo, o la
adquisición de uno nuevo, para lo cual se votó la disposición de 4.000 ptas.
En octubre, después de que un relojero de
Logrosán –D. Daniel Moreno- presentara un escrito para el arreglo del viejo
reloj público, la Corporación acordó por unanimidad desechar el proyecto de su
compostura y, ratificando acuerdos anteriores, comprar uno nuevo. Para ello,
otorgaron el más amplio poder al Alcalde para que gestionase su adquisición sin
dilación.
El reloj público siguió dando que hablar en otra sesión. El concejal Sr. Gallego no entendía cómo se había decidido comprar un reloj nuevo si no se había hecho reconocer el viejo. Respondió el Sr. Rubio Calzado que, en los 25 años que llevaba con cargos en el Ayuntamiento, había tenido ocasión de ver componer en numerosas ocasiones la máquina del reloj, sin que ninguna diese el resultado esperado. Y teniendo en cuenta que su instalación databa de 1870 y que su engranaje debía estar muy desgastado y rotos algunos elementos, viendo la necesidad y el clamor general del vecindario por la adquisición de un nuevo reloj, se consignó en presupuesto la cantidad necesaria para ello. Por esta razón desecharon siempre la compostura del viejo reloj.
Los
mozos de reemplazo
Los mozos que eran llamados a filas para
el Servicio Militar debían pasar antes un reconocimiento médico, además de
inocularles las vacunas correspondientes y tallarles. Para el reconocimiento y
vacunación se nombró a los médicos titulares D. Francisco Sánchez Sánchez y D.
Antonio Fraile Pizarroso y, como tallador, a D. Agustín Pachón Álvarez.
Después se procedería a la clasificación y
declaración de soldados, así como a la revisión de las excepciones.
El alguacil encargado de hacer el ingreso
en caja de los reclutas fue D. Segundo Jiménez Manzanedo.
Muchos de aquellos mozos de reemplazo
salían entonces por primera vez de estos contornos para adentrarse en una
verdadera guerra, la que se estaba desarrollando en el Norte de África, en el
Rif.
Homenaje
a Gabriel y Galán
En febrero se recibió una carta del
Gobernador Civil de la Provincia pidiendo la suscripción para contribuir al
homenaje de Gabriel y Galán. La Corporación acordó por unanimidad que el
Municipio aportara 10 ptas. y que se instruyera el expediente para constituir
la junta local destinada a recaudar fondos destinados a un monumento dedicado a
Gabriel y Galán.
Pocos años después, en 1926, se inauguró en Cáceres la escultura homenaje a Gabriel y Galán, realizada en bronce por Pérez Comendador, que lo ganó en concurso público. Está situada en el inicio del Paseo de Cánovas. ¿Sería para este monumento la recaudación de aquellos fondos?
Urbanismo
En varias ocasiones, aparecen los
expedientes de casas de nueva construcción, que debían pasar por la comisión de
urbanismo para señalar la alineación de los edificios con respecto a la línea
de la calle en la que se situaban.
En 1922, los vecinos de la Calle Recio presentaron un escrito al Ayuntamiento solicitando el arreglo de dicha calle. Se accedió a su petición, aunque se llevaría a cabo después de haberse ejecutado las obras en la calle San Francisco, cuyos vecinos lo tenían planteado con antelación. ¡Vamos, que el cumplimiento de la intervención iba con retraso!
Jornales
de los braceros
Se establece que el jornal regulador del bracero en la localidad y su término estuviera en 3,50 ptas. para el año 1922.
Parada
de sementales
En el año que estamos tratando, se estableció durante unos días en Madrigalejo una parada de caballos sementales del ejército. Para dar cobijo a este servicio, se preparó el corral de concejo con vallas y tablados y se blanqueó la cuadra destinada a los equinos. Este importante servicio ocasionó una serie de gastos para sufragar raciones de paja, carbón, petróleo o cebada, además del pago de alojamiento de dos soldados encargados de la parada de sementales.
Fuentes
públicas
Una cuestión de sanidad y de salud pública
para el vecindario es poder contar con suficiente agua para beber y de calidad.
Pero cuando el agua corriente no llegaba a los hogares, el asunto podía ser muy
preocupante.
En las primeras décadas del siglo XX,
cuando solo se contaba con una fuente pública de agua para beber y se estaba
produciendo un importante incremento de la población, era un asunto de primera
necesidad atender a su demanda y velar para que este bien tan esencial estuviera
en las mejores condiciones.
En primer lugar, para cuidar la calidad
del agua, había que evitar que cualquier elemento extraño o animal muerto cayera
en la “fuente pública de beber”. Por ello se acordó colocar en dicha fuente una
tapadera de madera o tela y, además, en los meses de julio y agosto, poner un
vigilante. Hay que tener en cuenta el peligro en los meses de verano, pues el
calor favorece la propagación de microorganismos patógenos.
Por otra parte, el concejal Sr. Benito Carranza expuso la necesidad que tenía el vecindario de contar con otra fuente pública, por lo que propuso construir otro pozo en el sitio de la Carrizosa o Cardizosa, que tuviera suficiente caudal de agua para surtir a la población. (Se trataría del pozo que se abrió junto a la antigua fuentecilla de la Carrizosa). Y en otoño, ya se estaba procediendo al encañado de esta nueva fuente pública de beber.
Alimañas
y aves de rapiña
Si en la actualidad existe una gran protección hacia los animales, no hace tanto tiempo era usual pagar a las personas que presentaran algún ejemplar muerto de alimañas, porque ponían en peligro a los animales domésticos y a los ganados. Así, a lo largo de 1922, se pagó por el registro de varios zorros, jinetas, águilas, etc.
Medios
de Comunicación
La reivindicación de que la localidad
contara con medios de comunicación aceptables ya se venía produciendo desde
antaño. En esta ocasión se refieren al servicio de Correos y al teléfono
público.
Así, el concejal Sr. Campos rogó a la
presidencia que dirigiera un atento oficio al administrador de Correos de
Zorita para que pusiera mayor celo en la remisión de los documentos con destino
a Madrigalejo, en vista de los retrasos con los que se recibía la
correspondencia en nuestra localidad.
Y el concejal Sr. Rubio se une a la petición de su compañero Sr. Campos y, además, protesta enérgicamente por el abandono que la Corporación viene arrastrando, desde tres o cuatro años atrás, por no hacer caso a la instalación de un teléfono público, que ya tenían concedido.
Cementerio
El nuevo cementerio llevaba ya algunos
años abierto (desde 1911), aunque no disponía de depósito de cadáveres. A
propuestas del concejal Sr. Campos, se empieza a hablar de su necesidad y a
estudiar detenidamente el asunto. En la penúltima sesión del año, se propone
consignar en el presupuesto una cantidad para la construcción del depósito de
cadáveres municipal.
Escuelas
Públicas de ambos sexos
El día 1 de septiembre de 1921 se
inauguraron las Escuelas Públicas de ambos sexos. Es el edificio donde
actualmente se encuentra la Biblioteca Pública Municipal y el Nuevo Centro de
Conocimiento, situado en la calle Lorenza Gallego, esquina con Curro Broncano.
Estas escuelas tenían aún algunas
carencias, por lo que en 1922 se fueron atendiendo varias de esas necesidades,
como la colocación de verjas, el mobiliario para la “cantina escolar”, la gestión
de solares adicionales, la apertura de la calle de acceso, etc.-. La “cantina
escolar” sería lo que hoy conocemos como “comedor escolar”.
Adquisición
de un microscopio
El Inspector Municipal de Carnes -el
veterinario- era la persona encargada de velar para que la carne tuviera las
condiciones idóneas para ser consumida. Especialmente importante para la salud
pública era detectar posibles casos de triquinosis en los cerdos destinados,
tanto a la venta de carne en las carnicerías, como a las matanzas
domiciliarias. Para el veterinario, el microscopio era el instrumento esencial
y necesario con el que poder realizar el reconocimiento de carnes y detectar
así posibles enfermedades que pudieran ser transmitidas a los consumidores.
En 1921, el inspector de carnes del
municipio, D. Julián Pino Calderón, había dirigido un escrito a la Alcaldía
poniendo de manifiesto que el pequeño aparato microscopio del municipio era
insuficiente y carente del material auxiliar necesario, por lo que no podían
hacerse los reconocimientos de carnes con él en las mejores condiciones. La
Corporación, una vez enterada, comunicó al inspector de carnes que continuara
con el mismo aparato durante el año en curso, pues las circunstancia
financieras y económicas por las que atravesaba el municipio impedían hacerse
cargo de su desembolso y, añadían, porque el microscopio con el que se contaba
hasta la fecha llevaba dando excelentes resultados durante años.
Pero ya en diciembre de 1922, se dio orden de pago de 324 ptas. a la Casa Metzger S. A. de Barcelona por el importe de un microscopio y del material para el mismo, destinado al reconocimiento de carnes del municipio.
Y
hasta aquí, la mirada retrospectiva a 1922.
Algunas de aquellas propuestas se quedarían en agua de borrajas, como la adquisición de solares para casas para los maestros; otros asuntos los hemos pasado por alto, como la cuestión de impuestos o la campaña contra la extinción de plagas de langostas, de la que ya se ocupó “Luz de Candil” en otra ocasión. Pero con lo expuesto, hemos podido acercarnos a las cuestiones que ocupaban y preocupaban a los vecinos y a sus autoridades hace exactamente una centuria. Pueden parecernos pequeños pasos que se daban, pero, sin duda, fueron avances que mejoraron la vida cotidiana de aquellas personas.
Guadalupe Rodríguez Cerezo.