Escudriñando
los documentos antiguos, con frecuencia nos encontramos con curiosidades muy
interesantes. En esta ocasión traemos cuatro resoluciones de actas de plenos
del Ayuntamiento de Madrigalejo de 1874, con un asunto común: la necesidad de
proveer de una plaza de un médico/cirujano para la localidad.
Sesión extraordinaria del
1 de noviembre de 1874
La nueva corporación del
Ayuntamiento había tomado posesión el día 11 de junio de 1874 y, en la sesión
extraordinaria del primer día de noviembre del mismo año, el Ayuntamiento
procedió al nombramiento de la Junta de Sanidad de esta población. Por
unanimidad fueron nombrados los señores siguientes: D. José Fernández Borrallo
-Alcalde Presidente-, D. Manuel Pascua y Martín -Médico Cirujano-, D. Fermín
Fortuna Gómez, D. Vicente Flores y D. Rafael Rodríguez.
Sesión ordinaria del 22
de noviembre de 1874
El 22 de noviembre, en sesión
ordinaria, se reunió el Ayuntamiento y la Junta Municipal, en la que el regidor
síndico, D. Francisco Jiménez Garvín, expresó la necesidad de proveer en
propiedad la plaza de Médico Cirujano de esta localidad, pues la plaza venía
siendo ocupada por un interino desde 1866. La necesidad venía motivada para dar
cumplimiento a la ley de 24 de octubre de 1873, por la que se recomendaba a los
ayuntamientos y juntas municipales a cubrir tan importante servicio. Enterados
los miembros de la Junta y atendiendo a las razones presentadas, acordaron
publicar la vacante de la plaza titular de Medicina y Cirugía para la localidad
de Madrigalejo, con término en veinte días.
La plaza estaría dotada con setecientas
cincuenta pesetas de los fondos municipales para dar asistencia a los pobres.
Además, el facultativo tenía que hacer el reconocimiento de quintas, asistir en
las causas criminales de oficio, inocular las vacunas y atender a los demás
servicios que le encomendara el Ayuntamiento en lo referente a las leyes de
policía, higiene y sanidad. Fue el único tema tratado en aquella sesión.
(Estuvieron presentes en
dicha junta municipal: D. José Fernández Borrallo, Alcalde Presidente, D.
Julián Arroyo Pachón, D. Francisco Giménez Garvín, D. Patricio Sánchez
Quiñones, D. Agustín Regidor, D. Antonio Sánchez Loro, D. Domingo Cabanillas,
D. Antonio Arroyo Ciudad, D. Pedro Hernando, D. Sebastián Durán, D. Eugenio
Camacho, D. Pedro Guijarro, D. Francisco Moreno Paredes, D. Domingo Sánchez, D.
Rafael Rodríguez, D. Juan Alberto, D. Miguel Benito, D. Pedro Manzanedo, D.
Mateo Ávila, D. Juan Cabrera, D. Miguel López, D. Manuel Cano, D. Juan Soto, D.
Juan Gregorio Pachón.)
Sesión ordinaria de 20 de
diciembre de 1874
Los ediles del
Ayuntamiento y los miembros de la Junta Municipal volvieron a reunirse el 20 de
diciembre, una vez que el 16 había vencido el plazo de veinte días desde que se
había publicado la vacante de la plaza de Médico Cirujano en el Boletín Oficial
de la provincia. En la sesión, se comunicó que sólo había solicitado la plaza
el Licenciado en Medicina y Cirugía D. Manuel Pascua y Martín. Podemos ver más
arriba que D. Manuel Pascua era ya miembro de la Junta de Sanidad que se había
formado el 1 de noviembre anterior, por lo que debería ser el mismo facultativo
que ejercía la profesión de Medicina y Cirugía en la localidad de forma
interina.
Una vez que se comprobó
que la convocatoria, la certificación y la titulación se habían presentado
correctamente, la Junta Municipal, después de una detenida y bien meditada
discusión, por unanimidad acordó nombrar y nombró titular de la plaza de
Medicina y Cirugía de esta población a D. Manuel Pascua y Martín, con el
sueldo anual de setecientas cincuenta pesetas acordado en la convocatoria, y
con libertad de celebrar contratos con los vecinos -según las bases del anuncio-,
con la obligación de hacer dos visitas
diarias a los enfermos y de asistir a cincuenta o más familias pobres que
designaría el Ayuntamiento. El contrato se firmaría por un tiempo de cuatro
años.
Sesión ordinaria de 31 de
diciembre de 1874
El último día de
diciembre de 1874, se reunieron los señores componentes del Ayuntamiento de
Madrigalejo con el licenciado en Medicina D. Manuel Pascua y Martín para firmar
el contrato que le facultaría a este último para desempeñar la plaza titular de
Medicina y Cirugía en Madrigalejo. Las bases y condiciones del contrato fueron
las siguientes:
1ª-Al D. Manuel Pascua
Martín se le concede la plaza titular de Medicina y Cirugía de esta población
por término de cuatro años que terminarán en treinta y uno de diciembre de mil
ochocientos setenta y ocho, bajo la dotación de setecientas cincuenta pesetas
anuales, que cobrará del presupuesto municipal por trimestres vencidos, por la
asistencia de cincuenta a cien familias pobres que le designará el
Ayuntamiento, quedando en libertad de celebrar contratos con los demás vecinos
para prestarles la asistencia correspondiente a su profesión.
2ª-Es cargo del profesor
hacer dos visitas diarias a los enfermos, asistir a las operaciones de quintas,
causas criminales de oficio, hacer la inoculación de la vacuna y demás
servicios que se le encomienden con arreglo a las leyes de policía, higiene y sanidad;
así como los que prescriben en el en el artículo 3º del Reglamento de 24 de
octubre de 1873.
3ª-También es cargo del
mismo profesor quedar un facultativo que le sustituya en la visita siempre que
tanga que salir de esta localidad en consulta o por otra causa y por más tiempo
de el de veinticuatro horas.
4ª-Se le concede el
beneficio de relevarle de las contribuciones que hayan de gravitar sobre su
dotación y que tengan por objeto levantar las cargas de este municipio, así
como el de darle licencia hasta quince días para que en la estación de verano
pueda salir a tomar baños para alivio de sus dolencias, si bien con la
obligación de quedar un facultativo que le sustituya durante su ausencia.
Estando conformes ambas
partes y aceptadas las bases del contrato, se extendió el documento que fue
firmado por todos los señores concurrentes, excepto por el Regidor D. Juan
Ramos, porque no sabía firmar.
En las firmas aparecen:
D. José Fernández Borrallo -Alcalde Presidente-, D. Francisco Gil Caños, D.
Francisco Giménez Garvín, D. Julián Arroyo Pachón, D. Agustín Fortuna Orellana
y D. José Sánchez Moreno -Regidores del Ayuntamiento-. D. Manuel Pascua Martín
-Médico Cirujano-. Y D. Patricio Sánchez Bulnes -Secretario del Ayuntamiento-.
Breve comentario
Para conocer nuestra
historia, no solo hay que atender a los grandes acontecimientos históricos -que
también-, sino que tan importante como éstos, es la vida cotidiana de las
personas que viven en un determinado momento y en un lugar específico. En el
caso que nos ocupa, hemos traído la intrahistoria de un servicio esencial en el
transcurrir cotidiano de una comunidad, como es la existencia de un médico
cirujano para atender la sanidad de la población.
Antes de seguir, es
necesario comentar que el apelativo cirujano no debe entenderse como “médico
especialista en cirugía” tal y como lo entendemos en la actualidad. Unos siglos
atrás, la única persona que atendía las dolencias en las poblaciones rurales era
el “barbero cirujano”. Este personal sanitario, aparte de cortar el pelo y
afeitar, sacaba muelas, sangraba a los enfermos, recomponía los huesos rotos y
realizaba pequeñas y sencillas cirugías[1]. Como vemos, las funciones
de dentista, barbero y cirujano recaían en la misma persona. No fue hasta el
siglo XIX, precisamente la centuria que estamos tratando en el presente texto,
cuando se separaron las profesiones de barbero, dentista y cirujano, y cuando,
con las importantes reformas de ese siglo, se fusionaron los estudios de
Medicina y Cirugía.
Son varios los aspectos
que merecen ser destacados. Por una parte, vemos que es el municipio el que
asume la contratación del Médico Cirujano y no para la asistencia de toda la población,
sino para el socorro de entre cincuenta y cien familias pobres. Llama la
atención el gran volumen de familias desfavorecidas que pudieran estar
declaradas como tales desde el Ayuntamiento y que, por tanto, tendrían derecho
a ser atendidas por el facultativo. Con respecto al resto de la población, era
común recibir la asistencia sanitaria a través de las “igualas”, con las que se
pagaba periódicamente al profesional una cantidad fijada a cambio de sus
servicios cuando fuera necesario. Hoy lo llamamos “seguro”.
También podemos observar
que el médico debía estar disponible de forma permanente y que, en caso de
ausentarse, debía dejar un sustituto. Aunque no se especifique, se supone que
sería el médico quien debía pagar al colega que le sustituyera, lo mismo que
cuando fuera a “tomar baños” en verano. Aunque se le diera licencia para irse
quince días de vacaciones, éstas no deberían ser pagadas tal y como las
conocemos hoy en día. Eso sí, estaba eximido de pagar los impuestos municipales.
Y, por último, llamar la
atención sobre algunos nombres y apellidos que podemos leer y que nos resultan
familiares, nombres y apellidos que se han ido sucediendo a través de sus
descendientes hasta casi la actualidad en nuestra localidad. Todo esto hace que,
al echar la vista atrás en el tiempo, de una forma o de otra, podamos ver
identificados a vecinos que nos precedieron, así como a sus descendientes. Además,
observamos las diferencias considerables que se ha obrado en estos 150 años, en
cuanto a la asistencia sanitaria se refiere. Pero también es patente el avance
que se estaba operando en el siglo XIX en cuanto a la sanidad respecto de los
siglos anteriores, como el hecho de que el facultativo sea Licenciado en Medicina
y Cirugía, que las leyes vayan orientadas a cubrir las plazas de los servicios
sanitarios con profesionales preparados o que sea una práctica común la
inoculación de vacunas, que tanto beneficio han deparado para la sanidad
pública.
Guadalupe Rodríguez
Cerezo.
[1]
https://www.abc.es/historia/abci-barbero-cirujano-extrano-y-unico-sanitario-tuvo-acceso-mayoria-poblacion-durante-siglos-202011120108_noticia.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.abc.es%2Fhistoria%2Fabci-barbero-cirujano-extrano-y-unico-sanitario-tuvo-acceso-mayoria-poblacion-durante-siglos-202011120108_noticia.html