El 19 de octubre es un
día especial. Cada año, estamos convocados a celebrar el Día Internacional del Cáncer de Mama, con una marcha solidaria en
apoyo de las personas que han sufrido, están sufriendo o sufrirán por causa de
esta enfermedad. Hoy, 19 de octubre de 2020, no podemos inundar las calles con
la marea rosa; pero, no por ello, vamos a quedarnos callados. Porque hoy es un
día especial, marcado en el calendario como una jornada de sensibilización, de
recuerdo y homenaje, de apoyo y solidaridad, de agradecimiento, de
reivindicación y, sobre todo, de mucha esperanza.
Es un día para sensibilizar a la sociedad sobre el
problema del cáncer de mama, porque es el tumor maligno más frecuente entre la
población femenina. Para sensibilizar a todas y cada una de las mujeres para
que tomen conciencia de la importancia de un diagnóstico precoz, que pueda
mejorar el pronóstico de la enfermedad y la supervivencia. Porque, para este
diagnóstico precoz, son primordiales las autoexploraciones mamarias, las
revisiones periódicas y las mamografías. Y que, ante cualquier cambio en los
senos, acudan con rapidez al médico.
Es un día para recordar a tantas y tantas mujeres,
fuertes y luchadoras, que sufrieron esta terrible enfermedad y no pudieron
superarla. Están presentes entre todos nosotros. Vaya para todas ellas y para
sus familiares nuestro mejor homenaje.
Es un día de apoyo y solidaridad para todas las mujeres que han padecido, están
padeciendo y padecerán cáncer de mama, pero también para todos los enfermos de
cualquier tipo de cáncer. Porque necesitan la fuerza y el cariño de quienes les
rodean para encarar la gran lucha a la que se enfrentan. Porque es esencial que
no se sientan solos, que se sientan acompañados, queridos y mimados.
Es también un día de agradecimiento a los oncólogos y a todo
el personal sanitario que curan, se ocupan y preocupan, con gran
profesionalidad y humanidad, de los enfermos; gracias a la Asociación Española
Contra el Cáncer, por su voluntariado de estar día a día acompañando a los
enfermos y a sus familiares, así como por las campañas divulgativas de
prevención y de detección precoz; gracias a los investigadores, pues sus éxitos
se convierten en infinidad de vidas salvadas; gracias a todas las aportaciones
que, como granos que hacen granero, van sumando para seguir dando pasos de
gigante; gracias a toda la solidaridad y a los ánimos que se canaliza en
jornadas como esta, y, por supuesto, también es un día para reconocer y dar las
gracias a la FAMILIA, cuidadores que acompañan a los enfermos en el sufrimiento
del día a día, que les dan la mano en los peores momentos y que ofrecen su
mejor sonrisa cuando su interior está tan herido y lleno de tristeza y
preocupación, como el de los propios pacientes.
Así mismo, es un día de reivindicación en favor de la
investigación científica, para que las instituciones apoyen los proyectos
dedicados a la consecución de tratamientos que sean cada vez más eficaces y
menos agresivos. Porque, sin la investigación, nunca se podrá llegar a ganar la
guerra contra el cáncer.
Y, por último, es un día
de mucha esperanza, porque cada vez
es mayor porcentaje de mujeres que, habiendo padecido cáncer de mama, hemos
salido adelante fortalecidas, con muchas ganas de vivir y mirando al futuro con
alegría.
Muchas gracias a todos.
Guadalupe Rodríguez Cerezo.
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