lunes, 18 de diciembre de 2017

ROGATIVAS EN TIEMPOS DE SEQUÍA


De forma directa o indirecta, el mundo rural se encuentra muy determinado por el tiempo atmosférico. De tal manera es así que, antaño, los labradores se fijaban en los indicios que pudieran predecir la proximidad de la ansiada lluvia (por la puesta de sol, por la dirección del viento, por la disposición de las nubes a la salida del sol, por el comportamiento de los animales, etc.) e intentaban pronosticar con las cabañuelas, si el agua pudiera venir a tiempo o a destiempo a lo largo del año. Los agricultores de hoy, con medios mucho más fiables, consultan la predicción del tiempo a través de internet para planificar sus tareas, o para atisbar la entrada de algún frente por el oeste, con la esperanza de que traiga la necesitada agua en época de sequía. Porque la lluvia, según cuándo o cómo descargue,  quita o da cosecha.

Las precipitaciones bien repartidas son un elemento clave para obtener buenos rendimientos de la tierra en los años con un régimen pluviométrico normal. Si existe déficit hídrico en una campaña, se va produciendo una merma en la cosecha, más o menos severa, según las circunstancias. El labrador, a fuerza de costumbre, solía compensar los beneficios de unos años con las pérdidas de otros, además de poder contar con la ayuda del Pósito Agrario en tiempo de carestía, y que después estaba obligado a devolver con las creces*. Pero cuando se encadenaban varios años sin llover lo suficiente para sacar adelante las cosechas, cuando se asentaba la “pertinaz sequía”, llagaba el hambre y la desnutrición a la población, aumentando la mortalidad. Esta circunstancia se ha venido repitiendo cíclicamente a lo largo de la historia y, si bien en la actualidad los efectos no son tan dramáticos como antaño (porque se han puesto tierras en regadío, por las ayudas de la P.A.C, y por los seguros), las economías de las zonas rurales se siguen resintiendo en los años de sequía.

En aquellos periodos en los que se enlazaban varios años secos, la situación llegaba a ser tan angustiosa que, a la población, solo le quedaba la esperanza de encomendarse al Todopoderoso impetrándole su piedad en forma de lluvia. Salía entonces el vecindario haciendo rogativas, sacando las imágenes a los campos, al son de canciones y oraciones, con lamentos y peticiones.

La mirada al cielo cuando se necesita agua para la cosecha es tan antigua como la misma Agricultura, y en Madrigalejo tenemos la certeza documental, en el siglo XVI, de una petición en un momento crítico para los campos de nuestra comarca en un año seco. En el documento al que nos referimos consta que el concejo de Acedera acudió hasta Madrigalejo suplicando a Nuestro Señor enviase aguas. Esto sucedió en la campaña de 1575/1576, en la que se debió padecer una penosa sequía**.

Cristo de la Victoria (fotografía anterior a 1992)          

       Si desde la cercana localidad de Acedera se desplazaron hasta Madrigalejo a presentarle a Nuestro Señor sus plegarias, debía ser porque, en nuestra iglesia o en alguna de sus ermitas, se veneraba de una forma especial a alguna imagen, a la que ya en otras ocasiones se le hubiese implorado que mandase la necesitada lluvia. También puede ser que hubiese sido adquirida recientemente alguna imagen nueva. En la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Madrigalejo se conservan en la actualidad dos tallas de Cristo Crucificado de estética gótica y, ante cualquiera de las dos, por su antigüedad, los vecinos de Acedera bien pudieron presentar sus súplicas. La de menor tamaño está tallada en madera, una madera que está muy oscurecida debido al paso del tiempo y necesitada de una restauración. Y nos inclinamos a pensar que la imagen a la que se refieren los documentos sea la otra, el Cristo de la Victoria, puesto que, tradicionalmente, ha sido sacada en procesión para hacer las rogativas en periodos de sequía junto con la imagen de la Virgen de las Angustias, que ya es de época posterior.

Cristo Crucificado pequeño.


El Cristo de la Victoria es una talla en madera policromada que representa a Cristo crucificado en un tamaño algo inferior al natural, datado en el S. XVI***. Es una imagen muy querida en Madrigalejo y es sacada en procesión por sus cofrades en Jueves Santo y Viernes Santo. Si bien la Cofradía del Cristo de la Victoria es de reciente creación –fundada en el año2000-, en tiempos pasados la imagen debió estar a cargo de alguna hermandad, puesto que, en documentos fechados en 1866 y 1892 se hace referencia al Santísimo Cristo de los Hermanos****.

Cristo de la Victoria     


           Ya de estilo barroco es la imagen de la Virgen de las Angustias. Se trata de una escultura muy pequeñita, que es cargada por los niños cuando procesiona en Semana Santa. Es la Virgen titular de la ermita de Nuestra Señora de las Angustias, donde ocupa su lugar en el camarín abierto al retablo. A ella se dirigen las plegarias del estribillo y algunas de las tonadas que se cantan en las rogativas, y que, junto a otras estrofas dedicadas al Cristo de la Victoria y al Niño de la Bolita, son la expresión de la fe popular, pues, como decía San Agustín, “quien canta, ora dos veces”. 


Virgen de las Angustias

ESTRIBILLO
Agua, Virgen pura,
angustiada Madre,
agua te pedimos,
lluvia saludable.

Si por nuestras culpas,
Señora, no llueve,
agua por los niños,
que culpa no tienen.

En algunas versiones, se canta “angustiadas madres”, convirtiéndose en sujeto de la oración, sustituyendo al vocativo “Angustiada Madre”.  Y es que son las mujeres, de forma generalizada, quienes se acercan a hacer las súplicas, en su condición de madres, por el bien de sus hijos.

ESTROFAS

¿Quién es aquella Señora
que viene por aquel alto?
Será la Virgen María
que viene a ver estos campos.
¡Oh Virgen de las Angustias!
¿Qué quieres que te traigamos?
Una florecilla seca,
que verde no la hallamos.
¡Oh Virgen de las Angustias!
¿Qué tienes en esa ermita?
Una fuente de agua clara,
los campos la necesitan.
No consientas Virgen pura
que los pobres animales
tengan que lamer la tierra
y que perezcan de hambre.
¿Qué es aquello que reluce
por cima de la Custodia?
¿Será la Virgen María
que va a por agua a la Gloria?
Al Cristo de la Victoria,
le venimos a rogar,
que nos conceda la lluvia,
que hay mucha necesidad.
Entre cuatro labradores,
le sacaron de su casa,
para que vea los campos,
la necesidad que pasan.
Detén Señor ese brazo
de la Divina Justicia,
no deis el golpe tremendo
que merece la malicia.
Agua por esos cerritos
agua por esas cañadas,
que se secan los triguitos,
la avena y la cebada.
La cebada va ya seca,
el trigo espiga y no grana,
envíanos el rocío
Madre de Dios Soberana.
Las nubes traen el agua,
se la vuelven a llevar,
nuestras culpas son la causa
de tanta necesidad.
Estaba el Niño con la Bolita,
pidiendo al Cielo Agua Bendita.
Agua Bendita, agua de Gloria,
dámela pronto, misericordia.
Aunque ya nos vamos,
no nos despedimos,
que si hoy no llueve,
        mañana venimos.*****

Esta canción, que se canta en las rogativas, está compuesta por una serie de estrofas que siguen el esquema de las coplas populares: cuatro versos que riman de forma asonante el segundo con el cuarto, mientras que el primero y el tercero están libres de rima. Conforman la mayor parte de las estrofas versos de ocho sílabas, a excepción del estribillo y la copla final, que son hexasílabos, y la dedicada al Niño de la Bolita que son decasílabos.

En su condición de Madre que sufre, se suplica a la Virgen de las Angustias que mande la necesitada agua apelando a la inocencia de los niños, al mismo tiempo que se asume el sentido de culpa como causante de la sequía. El sentido de culpa como causa de las desgracias es una reminiscencia del Antiguo Testamento. También a los discípulos les costó despojarse de ella cuando preguntaron a Jesús, refiriéndose a un ciego de nacimiento, ¿quién pecó, este o sus padres? (Jn 9,2). Es un sentimiento que ha llegado casi hasta nuestros días el de tener la imagen de un Dios justiciero en lugar del Dios Padre Misericordioso que nos muestran los evangelios, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y hace llover sobre justos e injustos (Mt 5,45).

El sentido de culpa, aparte del estribillo, también se aprecia en varias de las coplas:
 *Al Cristo de la Victoria se le pide que detenga el brazo de la Divina Justicia, aunque estaría merecido por nuestra malicia.
*Si las nubes portan agua y se la llevan sin descargarla, es a causa de nuestras culpas.

Las alusiones a la sequía y a su efecto sobre el medio de vida de las gentes del lugar son constantes:
*La Señora que viene por aquel alto es la Virgen que viene a ver los campos.
*Ofrecen a la Virgen una florecilla seca, porque verde no se encuentra.
*Los campos necesitan agua y la Virgen tiene una fuente en su ermita. (En realidad, no hay fuente ni pozo en la ermita).
*El ganado necesita el agua para beber y para que crezca la hierba que les sirve de alimento. Si no hay hierba, sólo podrán lamer la tierra los animales.
*Los labradores no pueden sacar buenas cosechas sin el agua necesaria, por eso sacan al campo la imagen del Cristo de la Victoria para que vea in situ la realidad de la sequía.
*La importancia de los cereales en la economía local es más que patente al pedir agua para el trigo, la avena y la cebada.

Ermita de Nuestra Señora de las Angustias.       

Las súplicas van dirigidas a la Virgen de las Angustias y al Cristo de la Victoria, imágenes que, como hemos visto más arriba, están perfectamente identificadas entre el conjunto de tallas que conserva la parroquia. Pero hay una estrofa que va destinada al Niño de la Bolita. El Niño de la Bola responde a la iconografía de Jesucristo en edad infantil, con una bola del mundo en su mano como símbolo de poder sobre el orbe. La imagen más famosa que responde a esta iconografía es el “Niño Jesús de Praga”. Actualmente no existe ninguna talla en la iglesia de Madrigalejo que responda a esta iconografía y, sin embargo, ¿por qué se cantaba esa copla?
Llama la atención que sea la única estrofa de versos de diez sílabas. ¿Acaso es una copla importada de otro lugar? Por otro lado, los mayores del lugar, no hace tanto tiempo, en “La Carrerita”, llamaban al Resucitado, El Niño. ¿Podría ser que “La Carrerita” se corriese con una imagen del Niño de la Bola antes de que la parroquia pudiera adquirir la imagen del Resucitado, y que por alguna circunstancia aquella imagen se perdiera? Son solo preguntas que no tienen respuestas y que nos gustaría conocerlas.


Imagen de Cristo Resucitado.        

La última estrofa no es una despedida, todo lo contrario. Es una invitación a seguir insistiendo, con machaconería:
*Aunque ya nos vamos, no nos despedimos, que si hoy no llueve, mañana venimos.
La petición insistente hasta lograr lo deseado recuerda a la parábola del juez injusto, que hizo caso a la viuda, no tanto porque tuviera derecho a su dictamen, sino para que dejara de molestarle (Lc 18, 8-8).

Con la certeza de ser escuchados, en 1995 se hicieron las últimas rogativas en Madrigalejo. En 1994, la escasez de reservas en las presas del plan Badajoz llevó a la decisión de que solo se regaran 5 has. por explotación. Como el año también vino sin lluvias, en la campaña de 1995 no se pudo regar. Y el otoño también se estaba presentando seco. Ante el cariz que estaban tomando las cosas un grupo de vecinos se dirigieron al párroco, D. Julián Sánchez López, y le pidieron que se hicieran unas rogativas. Hubo un triduo en la iglesia y, el último día, la imagen del Cristo de la Victoria fue sacado en procesión por el tramo que el canal de Orellana toca tangencialmente el casco urbano. Y, en ese invierno, se llenaron los pantanos hasta tener que abrir las compuertas.

¿Estaría en consonancia con los tiempos actuales volver a hacer rogativas impetrando la lluvia? Imposible. Por dos razones. Una, porque actualmente todo lo esperamos resolver con los medios técnicos, y si no lo resolvemos, tenemos mecanismos para minorar la crisis, como los seguros agrarios o el recurso a papá Estado. Otra, porque nos falta la fe que tenían nuestros mayores y sabemos que es la fe que “mueve montañas”. 

Guadalupe Rodríguez Cerezo.


Bibliografía

-Memoria Vivida. La labranza. Asociación Cultural Madrigalejo 2016- Fernando el Católico –V Centenario.
-S. IZQUIERDO G. BÁRCENA: “Nombramiento de autoridades y otros cargo municipales de San Sebastián de los Reyes en los siglos XVII y XVIII”. XLII Congreso de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. Diputación Provincial de Burgos. Burgos. 2017.
- L. RODRÍGUEZ AMORES: Crónicas Lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf editores S.A. Badajoz, 2008.
- Informe  de  la  restauración  del  Cristo: taller  de  restauración  Virgen  del  Rosario. Restauración de  obras  de  arte. Holguera (Cáceres).



*S. IZQUIERDO G. BÁRCENA: “Nombramiento de autoridades y otros cargo municipales de San Sebastián de los Reyes en los siglos XVII y XVIII”. XLII Congreso de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales. Diputación Provincial de Burgos. Burgos. 2017. Pág. 319.
**L. RODRÍGUEZ AMORES: Crónicas Lugareñas. Madrigalejo. Tecnigraf editores S.A. Badajoz, 2008. Pág. 101. El documento citado está recogido en la Colección de copias de documentos del Archivo de Trujillo de D. Federico Acedo. Signatura, legajo nº 2.
***Informe  de  la  restauración  del  Cristo: taller  de  restauración  Virgen  del  Rosario. Restauración  de  obras  de  arte. Holguera (Cáceres).
****L. RODRÍGUEZ AMORES: Crónicas Lugareñas. Madrigalejo. Op. cit. Pág. 300.
***** Las coplas de las rogativas han sido proporcionadas por Ramona Velarde y por Mª Antonia Moreno.

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